¿Quién soy? No sé.
Algo soy, ¿no? No creo.
Y ¿Quién piensa?
¿Qué escribe? ¿De dónde salen estas palabras?
TODO ENUNCIADO ES PRODUCIDO COLECTIVAMENTE
¿Soy alguien? No. ¿Soy uno? No. ¿Soy algo? Tampoco.
¿Soy? ...
¿“Yo” pienso? No.
-¿Algo piensa?
-¿”Algo”?
-…
-“Algo” No.
-¿Hay pensamiento?
-Sí, por supuesto.
-¡Ah!
¿Qué soy? Nada. Pero Nada por ausencia de un ser, porque la vida huye del ojo del sujeto que ve y enuncia: “Esto Es”.
Porque la vida ocurre sólo asesinando encarnizadamente al sujeto de enunciación, necesario para que se enuncie: “Esto Es.”
No sólo Nada Es, si lo que hay, deviene, entonces no se podrá hablar de él.
Entonces…
¿Hay seres? No, ¡hay cuerpos!
¿Cuerpos? Entonces, ¿soy un cuerpo? Hm.
“Este cuerpo...” Si, se siente bien.
¿Dónde termina un cuerpo? Mierda. ¿Dónde empieza otro? MIERDA.
¿Se pueden numerar los cuerpos? BASTA ¿Acaso todos los cuerpos están conectados? ¡Claro!
No, no se puede separar UN cuerpo del todo. No, no se pueden numerar. No, un cuerpo nunca termina.
Entonces no soy UN cuerpo, ¿No? …
Sin embargo, “el pensamiento emerge en este cuerpo”, “las palabras atraviesan este cuerpo”…
Quizás no está tan mal. ¡Mal! JAJAJA,
¡Ah, claro! El pensamiento viene primero , “yo”, “uno”, “mi cuerpo”, “mi mente”, ¡vienen después!
Entonces, tenemos una… ¿Cronología? ¡Mierda! MIERDA. (No...)
El pensamiento emerge de… ¿La tierra? ¿El CsO?
“No una huida del sujeto en relación con lo físico, sino una exploración del cuerpo como potencial despersonalizado: materia abstracta. Abstracción sin empatía. El CsO es lo que queda cuando se ha suprimido todo, es la materia que siempre llena el espacio a tal o cual grado de intensidad.”
Entonces...
¿Cómo es? No. ¿Qué hace? Tampoco. ¿Cómo hace? Ahora sí…
¿Quién? Mierda. Todo era una multiplicidad, ¿no?
Cómo... ¿Hacemos? ¿Está(mos) haciendo? ¿Se hace? ¿Produce? ¿Emerge?
¡Qué se yo! ¡Basta!
Los cuerpos (sí, múltiples, no separados) son campos de guerra.
“Yo”, “Persona”, “Sujeto”, “Humano”, “Mente”, “Uno” ¿Falsos? No, Enemigos.
-¿Guerra?
-Sí, ¿acaso no sabes que hay una guerra en curso?
Aclaración: Cuando se menciona Algo, una entidad, es simplemente un movimiento del lenguaje, que tiene un efecto material, no hace referencia a una existencia
separada dentro de lo real… Espera, entonces, ¿Todo lo anterior fue...
-Enredos trascendentalistas.
-¡Mierda! Maldito Deleuze y su puto materialismo.
Entonces…
¿Cuerpo? ¿Devenir? ¿Pensamiento? ¿Agenciamientos? ¿Eso se es? Nada de eso, ¿verdad?
¡Identidad! ¡Claro, eso era! El arma favorita de los policías.
“Y habrá que olvidarlo cada vez porque es insoportable; sin embargo ese olvido lo hace ser "querido" en el sentido de la Wille, y produce el desplazamiento y viaje de las intensidades y su retorno fuera de la identidad. Nuestra política es en primer lugar de huida, como nuestro estilo”
“-Pero, el encuentro con alegría no engendra un recorrido de huida sino que, por el contrario, intenta mantenerse, ¿no produce él la permanencia que usted detesta?”
-¡AH! EL MALDITO CONATUS, CONATUS DE MIERDA.
“-No, la fuga no es solamente de espanto, lo que se pierde es la intensidad en su movimiento mismo de expansión. Imagine el universo en expansión: ¿huye de miedo o explota de alegría? No se puede decidir. Del mismo modo para las emociones, esos laberintos polivalentes a los que solo a posteriori los semiólogos y psicólogos intentarán atribuir sentidos.”
“-¿Recusamos, entonces, la ética spinoziana o nietzscheana que separa los movimientos de más-ser y menos-ser, de acción y de reacción?”
-SÍ, ¡POR FAVOR!
“-Sí, hay que temer que reaparezcan, en favor de esas dicotomías, toda una moral y toda una política, sus sabios, sus militantes, sus tribunales y sus prisiones. Donde hay intensidad hay laberinto, y determinar la dirección del recorrido, ya sea el sufrimiento o la alegría, es asunto de las conciencias y de sus directores. Nos basta con que la barra gire para que deflagren las espirales imprevisibles, nos basta con que disminuya su velocidad y se detenga para que se engendren la representación y el pensamiento claro. No hay, en consecuencia, buenas y malas intensidades, sino la intensidad o su decompresión. Y como hemos dicho y volveremos a decirlo, una y otra disimuladas juntas, el sentido oculto en la emoción, el vértigo en la razón. Nada de moral, por lo tanto, más bien una teátrica; nada de política, más bien una conspiración.”
Entonces, ¿qué encontrarás aquí? En este, nuestro cuerpo. Armas, pulsiones, delirio, fugas, varias autopsias y, en el mejor de los casos, comunidad.